miércoles, 11 de marzo de 2009

Renacimiento francés

Francia también conoció un florecimiento de su literatura vernácula en el siglo XVI, con una gran evolución creativa. Aunque hubo humanistas a principios del siglo XVI en Francia, como Guillaume Budé († 1540), se considera que el Renacimiento literario llega a Francia hacia mediados del siglo. En este país, este movimiento se caracterizó sobre todo por una preocupación de tipo intelectual: el criterio personal y la libertad de pensamiento informarán la producción de esta época.
Se renovó la poesía gracias a los siete poetas conocidos como
La Pléyade. De entre ellos, destacó Ronsard, que se esforzó por elevar el idioma, enriqueciéndolo con arcaísmos o neologismos, adaptando los modelos clásicos (oda, himno, soneto) a la lengua francesa. De su obra cabe destacar las Odas al estilo de Píndaro, o sus Sonetos amorosos.
Por lo que se refiere a la
prosa, destacan Rabelais y Montaigne. El primero de ellos escribió una larga novela, Gargantúa y Pantagruel, sobre las aventuras de estos dos gigantes; se satirizan la ciencia y creencias medievales, con un estilo realista y pintoresco. En cuanto a Montaigne, destaca por sus Ensayos, obra que mezcla observaciones personales con consejos de todo tipo, defendiendo la moderación y la tolerancia, en un estilo vivo y ameno.
El teatro de la época seguía las directrices clásicas, como puede verse en las obras de
Étienne Jodelle.

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